viernes, 24 de mayo de 2013

Balance del curso para bloggers



Antes de ayer tuve la fortuna de asistir al Curso para Bloggers gratuito para jóvenes desempleados y emprendedores en Murcia organizado por Gentyo, Quondos y Bananity, y celebrado en la sede de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).

Llevaba meses con los dientes largos viendo la suerte que tenían en Madrid y Barcelona. Reconozco que era envidia. ¿Quién me iba a decir que Murcia sería la siguiente? Casualidades de la vida, el anuncio empezó a circular justo cuando por un motivo que no recuerdo pasé tres días sin conectarme. Sí: todo un récord. Y sano.

Claro que después vendría la indignación. Es cierto que por esa cosa que no entiendo de Twitter no recibo todos los mensajes de todas las personas a las que sigo. Pero también es verdad que suelo leer los que me llegan de José María Jiménez Shaw. El caso es que el hecho de no ser testigo de cómo empezaba todo, de no estar ahí cuando Twitter empezó a arder, hizo que me sintiera un poco torpe. ¿Todos los días echándole un ratito a internet y fui a faltar el indicado? Pues sí, son cosas que pasan.

A lo que vamos. El objetivo de esta entrada es compartir contigo mis impresiones sobre el curso.

Lugar y Organización


Impecables. No conocía el Monasterio de los Jerónimos, sede de la UCAM. Llevo poco más de año y medio viviendo en Murcia capital (apenas uno asentado de manera definitiva), y me sorprendió bastante ver un edificio de tales dimensiones en ese estado de conservación. No quiero ni pensar cuánto habrá costado su puesta a punto, o cuánto cuesta su mantenimiento. Lo cierto es que chapó.

Como curiosidad decir que el acto se desarrolló en la Iglesia, algo que en mi opinión sorprendió a quienes no conocíamos el sitio, ya fuéramos asistentes o ponentes. Fue una experiencia diferente, y en mi caso, para qué te voy a engañar, algo raro permanecer durante tanto tiempo en una iglesia. Pero nada turbador.

Ponentes


No los conocía a todos (me refiero a su trabajo, claro), pero sí a la mayoría. Aunque llevo cuatro años leyendo sobre diseño, administración y posicionamiento de sitios y entradas, creo que hasta hace unos meses, con el lanzamiento de la novela y de este blog, nunca me lo había tomado en serio. Hoy día verás que buena parte de las personas a las que sigo en Twitter son especialistas en esas materias, y que por tanto, lo de buscar mi público objetivo es una asignatura pendiente. Una más, vamos.

Era la primera vez que los veía en persona, y de entre todas las cosas lo que más llamó mi atención fue su profesionalidad. Para ser sincero me sorprendió bastante la seriedad de Carlos Bravo y Alex Navarro. Claro que yo no soy precisamente la alegría de la huerta, y tampoco espero que un profesional sea un showman.

Ver a Pau García Milà e Isra García en acción no se puede describir con palabras. Tienes que verlo. A ser posible en directo. 

Contenido


Podría aportar material para rellenar veinte o treinta entradas, lo que pasa es que ese material no sería mío. Y como no hay nada mejor que beber directamente de las fuentes, ya sabes que puedes consultar los vídeos del curso para bloggers en el blog cursobloggers.com.

Las lecciones técnicas de José Román Hernández Martín no deben pasarse por alto por muy árido que pueda parecer la materia, como tampoco las aportaciones de Paco Viudes, quien hizo hincapié en algo muy importante que, por supuesto, también es otra de mis asignaturas pendientes: las acciones off line.

Anécdotas


Como los vídeos hablan por sí solos no tiene sentido que me extienda demasiado. Sí quería aportar un par de anécdotas personales.

1) Era la primera vez que visitaba el Monasterio, y no tenía ni idea de por dónde se entraba a la iglesia. Me refiero al acceso para los asistentes, claro. Mira que soy persona de las que le salen los buenos días de dentro, pero esa mañana tuve la torpeza de equivocarme de acceso y entrar en una sala donde me encontré de frente con Álex Navarro y Pavo Viudes. Yo quería preguntar si los asistentes teníamos que acreditarnos, pero ellos hablaban sobre no se qué con no se quién que estaba de espaldas.

El caso es que ni siquiera fui capaz de dar los buenos días. En vez de eso, tras entender que no era sitio para que me atendieran, miré hacia la izquierda y vi cuál era mi sitio. Seguro que fue un momento más incómodo para ellos que para mi, porque al fin y al cabo, ¿qué hacía allí un tío de pie, parado, sin hablar, con cara de medio dormido?

Es curioso ver cómo a veces me pueden las formas. O las reformas mejor dicho. Cualquier otra persona habría preguntado directamente, pero yo ni siquiera fui capaz de dar los buenos días por no molestar. No en vano, faltaban pocos minutos para que empezara el evento.

2) La segunda anécdota me pasó durante el descanso de la mañana. A la vuelta, antes de entrar en la iglesia, necesitaba echar un chorrito y al llegar a la cola del baño me encontré con Carlos Bravo. ¿Qué le preguntarías a Carlos Bravo si lo tuvieras delante? Pues como aquel no era precisamente mi mejor día, lo único que salió por mi boca fue: ¿dónde hay que firmar para acreditarse?

Mira que justo la noche anterior, por pura casualidad, que conste, le había dejado un comentario en uno de sus posts, y tenía la duda de por qué había escrito sobre ese tema. No sé, me parecía que había una historia detrás que no contaba. Pero no. En vez de preguntarle por eso gasté mi cartucho en una pregunta trivial, como si tuviera toda la vida para planteárselo cara a cara.

Reflexiones


Además de contrastar que en ciertas ocasiones sigo siendo un panoli, lo cual va siendo grave cuando tienes 36 años, hubo una cuestión que me dio que pensar. Y es que en un momento dado Paco Viudes planteó un tema muy interesante. Al hilo de las acciones off line y del networking (qué bien queda dicho así, ¿verdad?), vino a decir una verdad como un templo: aunque probablemente muchos de los presentes nos habríamos relacionado por Twitter, el hecho de no colgar una foto nuestra nos impedía hacer real dicha relación, proyectarla a un nivel que, en cierto modo, ha de ser el nivel básico.

Es verdad que yo no soy un producto, que el producto es La Séptima Fase y Simon Yepes es su representante. Pero al margen de eso (y de la posibilidad de que en el futuro tal vez cambie esa postura), es evidente que no es lo mismo acercarte a alguien que conoce tu cara, que acercarte a alguien que nunca te ha visto. ¿Qué le vas a decir, hola, soy el mochuelo que te retuitea veinte veces al mes porque admiro tu trabajo y me resulta útil?

En definitiva, aunque mi caso tenga la particularidad que comentaba más arriba, lo cierto es que si tus seguidores te enseñan su cara tal vez deberías enseñarles la tuya. Por muchos cambios que existan entre una imagen estática y la realidad, lo cierto es que me bastó un segundo para reconocer a los ponentes. Pero, ¿quién reconoce a un mochuelo de uno ochenta? O a un atardecer, o a un arco iris sobre Praga, o a una llama sagrada bailando la comba...

Finalmente, como no podía ser de otra forma, te animo a que te apuntes al próximo curso. A poco que sepas del tema te aseguro que sabrás sacarle provecho. Recuerda que también puedes inscribirte para seguirlo por streaming con independencia de la ciudad en la que se lleve a cabo.

¿Has asistido ya a alguno de los cursos? ¿Qué te pareció la experiencia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario