miércoles, 24 de abril de 2013

Cómo identificar al autor fraudulento


Hace seis meses que publiqué mi primera novela en Amazon, y tanto mi visión como mi opinión siguen siendo las de un neófito. Esta entrada complementa a la anterior. Las escribo teniendo en mente algunas malas experiencias.


El título del post es algo ambiguo, pero hay una serie de cuestiones transversales que quería meter en el mismo saco. Son tonterías y no son tonterías en el sentido de que muchas veces damos por sentado que determinados aspectos significan tal o cual cosa.

Las cuestiones que planteo son muy sencillas: ¿cómo saber qué no me van a estafar al comprar un libro electrónico? ¿cómo saber qué contiene lo que reflejan título y sinopsis?

Lee una muestra antes de comprar


En una librería tienes la oportunidad de descubrir un libro y ojearlo antes de llevártelo a casa, aunque también puedes ir a tiro hecho porque te lo han recomendado o has oído/leído buenas críticas. El problema de muchas tiendas digitales es que ni siquiera ofrecen una muestra del libro electrónico. En otras como Google Books o Amazon.com podemos leer un fragmento lo suficientemente amplio como para diferenciar el buen estilo de la premura, el duro trabajo de investigación del copia y pega.

Pero seamos sinceros: ¿sabemos lo que vamos a comprar antes de llegar a la tienda? A veces nos lanzamos a la aventura; otras aprovechamos una oferta o nos dejamos guiar por las opiniones. ¿Qué necesitamos en ese momento calidad o bajo precio, descubrir o tener en común, pensar o no pensar, cubrir una necesidad o simplemente la sensación de que salimos ganando? Las expectativas son tan personales e intransferibles como las opiniones, de ahí la importancia de probar antes de comprar.

El precio no es indicativo de nada


En la mayoría de los casos, si no en todos, es el autor quien decide el precio de su obra. Establece su beneficio por encima del valor mínimo que fija la plataforma. No es lo mismo una tienda a secas que una entidad cuyos servicios se asemejan a los servicios que presta una editorial tradicional. Al margen de esto podemos encontrar autores noveles que venden más caro que autores consagrados. Como resultado, no hay criterios que orienten al usuario.

A veces un precio superior a la media tiene que ve con el hecho de que el autor ha pagado un servicio de edición, corrección, maquetación o diseño de portada. Otras se debe simplemente al tamaño del archivo, es decir, a que la obra incluye imágenes, gráficos, tablas, etc.


Como resultado, detrás de un precio de 4, 5 o 10 euros tiene por qué haber un contenido de mayor calidad o una mayor inversión de tiempo y esfuerzo que detrás de un precio de 2 euros.


Las cifras de ventas son sólo datos


Las tiendas digitales no suelen ofrecer información sobre el número de ejemplares vendidos, si bien, desde el punto de vista más básico posible, un elevado volumen de ventas sólo refleja que la obra ha sido comprada por un gran número de personas.

Con independencia del formato lo cierto es que los libros son a veces como los programas de televisión, en el sentido de que las cifras de ventas son equiparables a los índices de audiencia. Y aunque no somos conscientes de ello las 24 horas del día (ni siquiera todos los días), tanto uno como otro tienen que ver antes con la publicidad, el momento y las "modas" que con los gustos y la calidad. Tod@s lo sabemos.

No delegues tu responsabilidad


Escribir es como hablar: piensas que lo que escribes merece la pena pero puede que el resto de la humanidad no opine lo mismo. Lo contrario de escribir no es leer, sino copiar y pegar contenido ajeno. El que un libro esté disponible para la compra no es garantía de nada. Si consideras que el contenido no es original corre la voz.

Implícate, porque detrás de ti vendrá alguien como tú. Incluso puede que mañana sea tu obra la que han plagiado.

Gustos, fraude y calidad


Los lectores podemos sentirnos defraudados cuando la calidad del producto no es la que esperábamos inicialmente, o cuando simplemente no es. Con todo, una cosa son los gustos personales y otra muy distinta la calidad del producto. A su vez, aunque en muchos casos puedan parecer lo mismo, es importante distinguir entre el fraude y la decepción. Contra el fraude sólo cabe la denuncia, mientras que la decepción implica la posibilidad de reflexionar y compartir los motivos por los cuales nos sentimos decepcionados.

Te lo dice un autor: no hay nada como una buena crítica constructiva a tiempo. Incluso ahí, donde más duela. La cuestión es, ¿por qué no nos molestamos en hacerlo? Las plataformas tienen su sección de opiniones y, mucho más grave, los autores ofrecen sus correos electrónicos para cualquier tipo de comunicación.

¿Qué consecuencias puede tener esa falta de feedback o simplemente de contacto, de trato de tu a tu? Pondré el ejemplo de la primera edición de mi novela. En ella había aspectos muy mejorables, de modo que si ahora quisiera compensar a aquellos compradores digamos con un ejemplar de la segunda edición, podría perderme en una espiral de preguntas. Porque, tú como lector ¿pasas por alto ciertos fallos o corres la voz para que otr@s no compren esa obra?

En fin Serafín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario