Ya está en marcha Mega, el nuevo site del alemán Kim Dotcom, polémico fundador de Megaupload. Este personaje tan singular nombró recientemente cinco claves para evitar la piratería en internet.
Megaupload y el FBI pusieron de manifiesto a nivel mundial cuál es la piedra angular de la lucha contra la piratería en internet. Así, en el caso de las descargas ilegales, la legislación no pena a quien ofrece el enlace, sino a quien hospeda un archivo cuyos derechos de propiedad y explotación pertenecen a un tercero.
Kim
Dotcom se defiende diciendo que en Megaupload no comprobaban uno a
uno los archivos que guardaban sus clientes, y que en todo caso la
justicia debería perseguir y castigar a los infractores, no al sitio
que aloja los contenidos ilegales. Yo no soy ni juez ni verdugo, de
manera que no puedo ni juzgar ni “verdugar” a Dotcom. Sin
embargo, en su defensa intuyo un tímido intento de eludir parte de
responsabilidad. No digo que sea un cómplice consciente que intenta
exculparse, pero tengo la sensación de que me falta algo para
terminar de creerme que en el fondo, es una persona ingenua.
Muchos
usuarios ven a Kim Dotcom como una especie de Robin Hood. Yo,
personalmente, que por defecto suelo esperar que las personas sean
sinceras y honestas, que no me claven un cuchillo por la espalda, reconozco que
al mirar una foto suya intuyo cierta neblina a su alrededor. Me
faltan elementos de juicio para salir de dudas. Quizás las palabras de un
juez.
Con
todo, merece la pena echarle un vistazo a los consejos que ha dado
recientemente para evitar la piratería. Propone cinco claves muy
sencillas:
- que el producto sea grande, de calidad
- que sea lanzado a nivel mundial el mismo día
- que sea fácil de adquirir
- que tenga un precio justo
- y que funcione en cualquier tipo de dispositivo
Pienso
que los puntos 1 y 4 no se sostienen. Que el pirata es un pirata es
una afirmación objetiva, mientras que la “grandeza de un producto”
y el “precio justo”, son conceptos subjetivos. Esto último es
más que evidente, porque cada día se piratean miles de libros electrónicos y
canciones muy buenas, cuyo precio quizás no pase de 1 euro. ¿Es 1
euro mucho dinero, sobre todo si el producto es “muy bueno”?
En
cuanto al punto 2, lanzamiento mundial coordinado, es cierto que
puede influir en determinados productos. Por ejemplo, el episodio de
una serie que se estrena hoy en EEUU pero que tardará un año en
emitirse en España. Con todo, los episodios de las series
televisivas quizás no sean el mejor ejemplo de cara al usuario (no
en relación a quien los cuelga en internet), porque como usuario, si
me siento delante de la tele a ver un episodio, no tengo la sensación
de estar pagando. Bueno, ahora que caigo, creo que esto es una
fórmula de mi mente para que no me sienta cómplice del pirata
intermediario.
Los
puntos 3 y 5, fácil adquisición y compatibilidad de dispositivos,
sí son para mi relevantes. Ahí lo ha clavado. En eso estoy
totalmente de acuerdo con este chico, señor, personaje o granuja,
como queramos llamarlo.
Soy
autor de una novela en formato Kindle a la venta en Amazon, y sería
estúpido por mi parte tirar piedras sobre el tejado de Amazon. Mi
propio tejado. Nada más lejos de mi intención. Sin embargo, he de
hablar desde mi experiencia. En ese sentido, algunos amigos que han
ido a comprar mi novela me dicen que se lían con los pasos a seguir.
Algunos incluso desconocían la incompatibilidad que existe entre
formatos de libros electrónicos y lectores de libros electrónicos
de la competencia, y se han llevado la sorpresa desagradable de que
no pueden leer mi libro en su dispositivo.
Esto
último tiene una consecuencia: no es algunos usuarios no quieran
pagar, sino que les resulta más cómodo ir a una página de
descargas piratas. Se piratean muchos libros que sólo valen 89
céntimos, es decir, que dudo mucho que se haga por motivos
económicos.
Si
pongo el ejemplo de Amazon es porque sólo puedo hablar de lo que
conozco. Pero es evidente que si buscas por internet, verás
opiniones similares sobre el resto de tiendas virtuales de libros
electrónicos. Y sobre dispositivos.
Facilidad
para comprar e incompatibilidad formato-dispositivo, son dos puntos
más relacionados de lo que parece. Es algo que, en el ámbito del
libro electrónico, aún no se ha superado. Ahí estoy con Kim
Dotcom. Sin embargo, entre él y yo hay una diferencia abismal: él
es un “intermediario”, no un creador de productos potencialmente
pirateables. Es un matiz importante. ¿Por qué? Porque él no sólo
está en disposición de opinar sobre el tema, sino que también puede aportar
soluciones como intermediario que es (o como prestador de un servicio de intermediación si se quiere). Quizás soy un ingenuo por esperar cierta responsabilidad de su parte, pero si no lo hace voy a pensar que en el fondo le
importa un pepino la piratería. Llámame mal pensado si quieres. El caso es que si alguien como él no hace nada por evitarlo, chungo chungo.
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